Matthew Quick: curas y masajes

https://i0.wp.com/www.illadelsllibres.com/wp-content/uploads/2014/06/bona-sort-ara-mateix.jpgCuánto confort. La bona sort d’ara mateix, del escritor americano Matthew Quick, es más cálido y mullidito que uno de aquellos anuncios de mantas Paduana de los setenta. Lo tiene todo para que usted se repantigue: un protagonista apocado al estilo Rain Man –Bartholomew Neil, 38 años, desgarbado y filoautista-, lo cual siempre es garantía de éxito (Kate Winslet decía en Extras que si querías un Óscar tenías que interpretar a un “espástico”); un cura irlandés bipolar y místico (y por tanto curdas) en el papel de mentor; una estructura singular pero no críptica (las cartas que Bartholomew le envía a… ¡Richard Gere!); una historia romántica a modo de guarnición; y un auténtico alud de “temas” de actualidad: cáncer, Dios, el Dalai Lama, el budismo, la muerte de la madre, Richard Gere (de actualidad en 1990, al menos), la violencia de género, aprender a dar las gracias por lo que uno tiene, y curas. Un montón de curas. Demasiados, en mi opinión.
Exacto: de ser un blockbuster de los 90’s, La bona sort d’ara mateix estaría protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan. Con guión basado en novela cuca de Nick Hornby. Y Robin Williams en algún papel entrañable (el del párroco dipsómano, por ejemplo). La bona sort d’ara mateix, por tanto, posee todos los elementos del bestseller legible, grato, vivaz, con cierto poso y muy, muy, pero que muy, bienintencionado. De hecho, es un poco como el típico amigo ultra-benigno y servicial (y santurrón) que de tan bueno despierta animadversión (pues su bondad arroja luz sobre nuestra mugre). Es este un libro cuco, pizpireto, saludable como una canción tontipop; una novela donde todo, por narices, termina fetén (cascan algunos personajes, pero su fallecimiento es noble, no estéril y/o grotesco). Matthew Quick, así, ha escrito una amable novela del género Protagonista Incapaz Se Enfrenta Al Mundo, y por ello la contraportada cita a Forrest Gump e Ignatius J. Reilly (aunque Ignatius tenía peores pensamientos y se masturbaba como un orangután). El lector termina la lectura de esta obra masajeado, como si emergiera de una exfoliación con sales, aunque por dentro late una pregunta que retumba ominosa como los tambores orcos de Minas Morgul: lo del starring torpón y besuqueable está de aúpa, pero ¿Para cuándo un libro sobre sujeto lujurioso y majara y violento, gorrón y borracho, que arrasa todo cuanto halla a su paso? Me pido unos cuantos más de esos, si puede ser. Kiko Amat

La bona sort d’ara mateix
Matthew Quick
Edicions del Periscopi
281 págs.
Trad. de Ernest Riera

(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia del 11 de junio del 2014)