Esta es una pieza para Babelia de El País que me gustó mucho escribir. Habla de 1996 y la gran patraña del brit-pop, pero también del triunfalismo 90’s y el descascarillado y estéril legado que los chicos noventas dejaron para las generaciones venideras.
Viene a cuento del reciente libro de David Stubbs, 1996 & The End of History.
Porque el gusto no siempre es relevante o definitorio pero, no me jodan, hay una sutil diferencia entre haber crecido con Decibelios o Kortatu (o Brighton 64) y haberlo hecho escuchando a Australian Blonde, Parkinson DC y, qué se yo, Sidonie. Algunas cosas te marcan, y muestran el camino. Otras lo muestran de forma más difusa. Otras son paridas mercantiles. A los dieciséis, estas cosas IMPORTAN.
Ah, sí: léanlo poniendo el dedo índice rígido y apuntando táctilmente a esto.