Me encanta esta canción, sobre todo por la orquestación de Robert Kirby. Aún iría más allá: sin la orquestación de Kirby, la canción me gusta exactamente la mitad. Las versiones acústicas live del propio Cale, mucho más luctuosas y espartanas, me hacen pensar demasiado en un señor llorando en el váter (mientras que con los violines de Kirby siempre lo visualizo a caballo, regresando a su castillo, derrotado pero orgulloso).
Esta versión con mil violines es la que aparece en el álbum de inefable portada Helen of Troy (Island, 1975), que por cierto Island sacó, huevos-morenos-style, sin el permiso del artista.
Para más violinazos de Kirby vayan a la espléndida recopilación When the day is done; the orchestation of Robert Kirby (Ace Records), con una sublime selección de temas realizada por St. Etienne.