Un pequeño asesinato
ALAN MOORE & ÓSCAR ZÁRATE
Planeta Cómic, 2018 (publicado originalmente como A small killing en 1991)
112 págs.
“The difference between a kleptocrat and a wise stateman, between a robber baron and a public benefactor, is merely one of degree: a matter of how large a percentage of the tribute extracted from producers is retained by the elite, and how much the commoners like the public uses to which the redistributed tribute is put. We consider president Mobutu of Zaire a kleptocrat because he keeps too much tribute (the equivalent of billions of dollars) and redistributes too little tribute (no functioning telephone system in Zaire). We consider George Washington a statesman because he spent tax money on widely admired programs and did not enrich himself as president. Nevertheless, George Washington was born into wealth, which is more unequally distributed in the United States than in New Guinea villages.”
Guns, germs and steel; the fates of human societies
JARED DIAMOND
Norton, 1997
471 págs.
Mi canción favorita de POLO G, aunque el paval expele hits como mis amigos de Sant Boi expelen gases. Rap fuertemente pop, de Chicago, última hornada.
También es una de las canciones más guays que me han enseñado mis rorros. Keep them coming boys.
Fuck classic rock.
“La visión de la mesa cuando al fin desfilamos al comedor hizo correr por mi interior un escalofrío. Era una comida sólo para gente muy joven y muy hambrienta. La inflexible solidez y frialdad de las viandas era bastante para asustar a toda persona consciente de que su digestión requiere jugos. Había delante un queso inmenso que parecía mirarnos de una manera provocadora. No sé describirlo de otro modo. Tenía un aire fanfarrón, disoluto, de memo-me-impune-lacessit, y me di cuenta de que el profesor se estremecía solo de verlo. Junto a una gran hogaza de pan aparecían las sardinas, más aceitosas y repulsivas que nunca en su misma lata original. Había un jamón, reducido a su último tercio, y un pollo que había sufrido ya grandes desperfectos en otra salida a la mesa. Finalmente, al lado del plato de Ukridge se hallaba amenazadora una botella negra de whisky. El profesor parecía ser, por su parte, de aquellas personas que sólo beben rosado de un año determinado o nada.”
Amor y gallinas
P.G. WODEHOUSE
Anagrama, 1991 (publicado originalmente como Love among the chickens en 1906)
184 págs.
Traducción de Carlos Botet
**** Un Wodehouse al mes mantiene a Kiko alejado de la terapia electroconvulsiva.
“Jugaba con el yoyó porque me gustaba, sin hacer uso del menor esfuerzo de voluntad. No era la ambición lo que me impulsaba, sino la naturaleza del arte del yoyó. El yoyó significaba mi primer intento organizado de controlar el mundo exterior. Y me fascinaba porque me permitía apreciar mis avances por medio de unos pasos claramente definidos, y también porque la intimidad, la casi terrorífica familiaridad que empecé a sentir con respecto al instrumento que tenía en la mano parecía garantizarme que nada irrelevante se interpondría entre los dos. Usando el lenguaje del jazz, yo estaba demasiado “tenso”, y mi yoyó me había librado por fin, al menos en algunos aspectos, de la paralizadora mediocridad de la vida en general.”
Stop-Time
FRANK CONROY
Libros de Asteroide, 2018 (publicado originalmente en 1965)
390 págs.
Traducción de Eduardo Jordá.
“- Thaddeus y yo vamos a llevar a cabo un allanamiento de morada en una vivienda situada fuera de esta ciudad. Sus ocupantes robaron unas joyas de gran valor en una fiesta y violaron a la chica adolescente que vive allí. Son supremacistas de la raza blanca, gente mala se mire por donde se mire.
– Phil, no juegue conmigo.
– Te necesito. Condujiste muy bien aquel Impala cuando la ocasión lo requería. No conozco a nadie que sea capaz de hacer lo que haces tú.
– Siempre coaccionando. ¿Qué va a hacer ahora, amenazar con encerrarme de nuevo?
– No creo que tenga necesidad de hacerlo.
Michael mantuvo la vista fija al frente.
– ¿Cuándo?
– Pronto.
– No vuelva a acercarse a la casa de mi madre, ¿entendido?
Michael se apeó del Ford. Ornazian arrancó y se alejó en dirección a Petworth. Quería ver a sus hijos antes de que se fueran a la cama.”
El hombre que volvió a la ciudad
GEORGE PELECANOS
RBA, 2019 (publicado originalmente como The man who came uptown en 2018)
297 págs.
Traducción de María Cristina Martín Sanz
“Mira esta foto, anda. Mira qué pintas tiene Tommy. Parece un negrata. El único negro de Belfast. ¿Cómo coño podía estar tan moreno? Y esas orejas. El de la izquierda soy yo. Con mi pañuelo de seda en el bolsillo de la chaqueta. Una mano en el pantalón. Y con la otra mano agarrando a las chavalas. Joder, es que míranos, colega. Nos creíamos Perry Como. Un chute, un buen chute de Como, eso es lo que nos decía Tommy, no hay nada mejor que un buen chute de Como en vena, colegas, y entonces nos metíamos en esas cabinas de madera que había para escuchar discos y nos poníamos a fumar y nos pasábamos la mano por el pelo y escupíamos en el suelo y entonces se oía la voz de Como por el pequeño altavoz de la esquina y era como una máquina del tiempo y nos teletransportábamos a otra Irlanda, a otra Irlanda, a otra Italia, a otra California, adonde coño fuera que estuviera cantando Como. A otro paraíso, vaya. Ah, y a Frank Sinatra que le den. Puto depravado. No como Como, que nunca decía palabrotas, ni fumaba ni bebía. Y además siempre le fue fiel a su mujer.”
Por los buenos tiempos
DAVID KEENAN
Sexto Piso 2020 (publicado originalmente como For the good times en 2019)
284 págs.
Traducción de Francisco González López
**** Soy consciente de que lo he recomendado varias veces ya. Y que lo puse como uno de los libros del año en el 2020. Pero es que me lo he releído. Y por eso se lo re-recomiendo.
“Don intentaba no pensar. Lo que quedaba, la supuesta vida sentimental. Todo lo que llevaba dentro deseaba cosas normales-de-adolescente. Enamorarse, besar a alguien, sexo, música a todo trapo y motos rápidas. Sobre todo, quería estar en un sitio donde no hubiese sintechos, ni Rochdale ni familia. Pensar en todo lo que la esperaba afuera le hacía daño. Un forastero -pongamos por caso- de Ucrania o Malaui o Bangladés, de lo que allí se llaman condiciones precarias, se reiría de la autocompasión de Don. Podría decirle: “Será mejor que entiendas que no tenemos valor alguno. Como seres humanos solo tenemos sentido cuando nos distinguimos por algo. Por una fortuna preferiblemente o por un intelecto de start-up. Por algún don extraordinario como tocar el piano o darle patadas al balón, por alguna mierda con la que otros puedan hacer una fortuna. Si no contribuyes al fortalecimiento de la economía o no puedes distraer a la gente de su ser-gente con tu talento para el canto, es un poco presuntuoso exigir un premio porque tus padres hayan follado. Te has hecho ciertas ilusiones porque vives en un país semicivilizado, es decir, no tienen tantas posibilidades de que te violen o te disparen, puedes ir a votar. Ey, cómo mola. No pidas más. Ya está. Aquí, en una litera, en un apestoso hogar para los sintecho donde los gritos de los demás, que entienden que están ahí para morir, te impiden dormir. Apechuga”.”
GRM Brainfuck
SIBYLLE BERG
Alianza de Novelas, 2020 (publicado originalmente en alemán en 2019)
525 págs.
Traducción de Núria Molines Galarza
“I, for instance, wanted to write jangly little English songs about love affairs on run-down rainy railway stations. I did not want to write the type of Great Big Rock Songs that hard-loving men in poodle cuts, being all brave-through-the-tears, would bawl out during their US Stadium gigs. I wanted to bring pop music back to the village green. I didn’t want to write about route 66, I was more interested in the A120 side-roads near Elmstead Market.”
The greatest living Englishman
MARTIN NEWELL
Autumn Girl Books, 2019
367 págs.
**** Memorias parciales, sospecho que autoeditadas (del todo coherente con su pequeña cottage industry de DIY pop), de parte de uno de mis músicos favoritos, además de faro espiritual y modelo moral («¿Qué haría Martin Newell en mi lugar?» es una pregunta que me hago con creciente regularidad según avanza mi carrera literaria; y mi vida, vamos)
“PB: Eso me suena a falsa modestia.
OW: No. Nunca pretendí ser modesto, aunque tampoco soy el fanfarrón jactancioso que se ha divulgado en imagen pública. Si a veces soy culpable de jactancia es porque me pongo a la defensiva, cuando de un modo u otro me encuentro como arrinconado. O cuando pierdo mi frialdad al hablar de algún Evans o Antonioni. Nadie que se empeñe en conseguir algo grande o difícil puede permitirse el lujo de ser modesto. Pero tampoco puede permitirse no ser humilde. ¿es eso gramática? De todos modos es lógico.
PB: ¿Y tú eres humilde?
OW: Trato de aproximarme a las empresas grandes y difíciles con humildad. Es posible que no me guste actuar, Peter, pero me gusta el oficio, el arte de actuar. Si se trabaja en cualquier forma de arte, hay que amar la forma -la institución- mucho más de lo que uno se ama a sí mismo. Suena pomposo, pero es de sentido común.”
Ciudadano Welles; conversaciones con Peter Bogdanovich
ORSON WELLES
Capitán Swing, 2015 (publicado originalmente como This is Orson Welles en 1992)
441 págs.
Traducción de Joaquín Adsuar
“He hurried out down the steps, and into City Road, walking towards Old Street. He walked faster and faster like a fugitive. He was running away from the thought of his own cowardice and he raged against it. He made excuses; he had been caught unprepared, he had not thought quickly enough. The rage still choked. Of course he was a coward, otherwise he would go back now. But he could not go back to stand in that corridor while a crowd of women swept round him. He could not risk the peeps and the whispers and the giggles. Suppose she came out arm-in-arm with her friends and they giggled to her about him? She would be ashamed or would even laugh at him.
Rage became shame and shame became a greater rage, sometimes against the cause of it all, the girl. He was in Commercial Street and he turned left into the maze of dirty alleys that led to Brick Lane and Rabbit Marsh. Light and discordant song came from the pubs. Outside the doors clusters of children waited in silence for their parents; pallid, ragged creatures.”
King Dido
ALEXANDER BARON
Five Leaves Publications, 2019 (publicado originalmente en 1969)
Prólogo de Ken Worpole
354 págs.
Love songs in age
She kept her songs, they kept so little space,
The covers pleased her:
One bleached from lying in a sunny place,
One marked in circles by a vase of water,
One mended, when a tidy fit had seized her,
And coloured, by her daughter –
So they had waited, till, in widowhood
She found them, looking for something else, and stood
Relearning how each frank submissive chord
Had ushered in
Word after sprawling hyphenated word,
And the unfailing sense of being young
Spread out like a spring-woken tree, wherein
That hidden freshness sung,
That certainty of time laid up in store
As when she played them first. But, even more,
The glare of that much-mentionned brilliance, love,
Broke out, to show
Its bright incipience sailing above,
Still promising to solve, and satisfy,
And set unchangeably in order. So
To pile them back, to cry,
Was hard, without lamely admitting how
It had not done so then, and could not now.
Aquí; trenta poemes
PHILIP LARKIN
Edicions del Mall, 1986 (publicado originalmente como High Windows en 1974)
115 págs.
Traducción de Josep M. Jaumà. Edición bilingüe (catalán / inglés)
Una de mis canciones favoritas de Bob Mould. Poca gente la recuerda. Es del Modulate, del 2002. Me chifla el video en plan Raymond Briggs.
Whether or not we’re together, it’ll work out fine
We’ll weather the storm together, and we’ll be fine
Te quiero, Bob.
“Consiguió trabajo en Kill, una fábrica de carne que se había ido a pique dos años atrás, y desde entonces se pasaba los días holgazaneando en el pueblo con su pandilla de rufianes, por la zona del monumento del IRA, donde a diario le hacían un pasillo a Johnsey para darle su cotidiana ración de golpes, gritos y escupitajos. Al parecer Eugene Penrose odiaba más a Johnsey ahora que tenía empleo y él no. ¿Era un pecado muy grande, se preguntaba Johnsey, desearle a alguien la muerte o, algo peor, querer matarlo con tus propias manos? Se imaginaba haciéndole a Eugene Penrose una llave de cabeza y apretándole el cuello hasta cerrarle la boca para siempre.”
Un año en la vida de Johnsey Cunliffe
DONAL RYAN
Sajalín Editores, 2020 (publicado originalmente como The thing about December en el año 2013)
234 págs.
Traducción de Celia Filipetto
“Jo en parlo poc, dels meus pares. Aviat vaig deixar de sentir-los com una protecció. Els trobava irritants i avorrits. Jo, de petit, també vaig beure avorriment, no tant com n’ha begut el meu fill, però una mica, sí. La protecció me la donava el meu germà. Encara tinc ganes de sentir-la, aquella protecció autoritària, imperiosa i amb una mica de menyspreu. ¿I com volies que jo et protegís, amb la necessitat que tenia jo de ser protegit? Al Piero també li retreus que no et protegís. Sempre parles del teu desig de sentir-te protegida. Sempre parles de protectors. És una obsessió que tens. De protectors en tenen les putes, et va dir una vegada el Piero. I et vas ofendre molt. La veritat és que els adults no hauríem de tenir necessitat de protecció. Però potser ni tu ni jo hem arribat mai a ser mai adults, ni el Piero. Som una niuada de nens.”
La ciutat i la casa
NATALIA GINZBURG
Club Editor 2017 (publicado originalmente en 1984 como La città e la casa)
247 págs.
Traducción de Meritxell Cucurella-Jorba
“El sueño del Opry se fue esfumando paulatinamente con cada uno de aquellos rechazos. Para nosotros no había nada más importante en el mundo, pero el panorama no podía ser más desalentador. En cierto modo, me sorprende que siguiéramos insistiendo. Pensamos en rendirnos más veces de las que soy capaz de recordar, pero creo que nos faltaba sensatez para ello. Rendirse equivalía a aceptar ciertas cosas que no podíamos aceptar. Significaba que papá tenía razón, que su modo de vida era el único al que podíamos aspirar. Aunque amaba la música, cada vez que íbamos de visita a su casa nos soltaba:
– A ver, muchachos, ¿cuándo pensáis sentar cabeza y buscaros un trabajo de verdad? Ya os habéis divertido, pero esa no es vida para unos hombres adultos con familias que mantener.”
Satán es real; la balada de los Louvin Brothers
CHARLIE LOUVIN con Benjamin Whitmer
Es Pop Ediciones, 2020 (publicado originalmente como Satan is real, 2012)
300 págs.
Traducción de Javier Lucini