“Montaigne también tenía su propia vena antiintelectual. Sentía que la única esperanza para la humanidad residía en la sencillez e ignorancia de los campesinos. Ellos eran los auténticos filósofos del mundo moderno, los herederos de los sabios antiguos como Séneca y Sócrates. Sólo ellos sabían cómo vivir, precisamente porque no sabían demasiado de nada más. En este sentido, volvió el culto a la ignorancia: una bofetada en el rostro de Pierre.”
Cómo vivir, o una vida con Montaigne en una pregunta y veinte intentos de respuesta.
SARAH BAKEWELL
Ariel, 2011
399 págs.
Traducción de Ana Herrera Ferrer