Cosas Que Leo #58: EL HOMBRE SIN AMOR, Eduard Limónov

«Aquel otoño me puse insoportablemente chulo. Chulo como el obrero que comparte cama con una condesa, como el delincuente de poca monta que acaba de ejecutar un golpe maestro. Mi primera novela tenía que aparecer en las librerías parisinas al cabo de un mes. Me había traído conmigo a Londres las galeradas.

Recorría las calles con ganas de escupir a la gente en la cara, de arrancar a los niños de sus cochecitos, de meter mano debajo de la falda a las más pudorosas señoras de edad. En una ocasión, saliendo borracho de una bodega de vinos en Sloane Square, a duras penas pude contenerme para no tirarle de la oreja a un policía. Diana me lo impidió. Solo me permití la ridícula satisfacción de señalar con el dedo el rubicundo careto del bobby, mientras me partía de risa. Era feliz, ¿cómo no iba a serlo? Había conseguido encandilarlos a todos, les había vendido la moto. «A todos» quiere decir a todo el mundo, a la sociedad —la society, esa palabra que en el oído ruso tintinea como «pandilla de mamones», «batallón de suckers»—. Tenía la sensación de haberles tomado el pelo a todos y la seguridad de no ser en justicia un escritor, sino un farsante.

Fue durante aquel subidón, a lomos de una hirviente ola de arrogancia, soberbia y delirios de grandeza, cuando me ligué a ese pedazo de actriz, Diana. ¡A una actriz, joder! Diana aparecía en el cine y también en la tele, en series y cosas por el estilo. La gente la reconocía por la calle… Para ser justos, lo lógico habría sido que me mandara rápidamente a paseo. Ella era famosa, y yo no pasaba de simple escritor primerizo. Sin embargo, la misma osadía que sirve para obnubilar y arrastrar a las masas, sirve también para engañar a una estrella de cine hasta conseguir que se nos abra de piernas.

No solo se fue a la cama conmigo, sino que me dejó vivir en su piso, en King’s Road, y me paseó en su coche por Londres y por toda Gran Bretaña. Debo puntualizar que aquella morena, una verdadera bomba de muslos voluminosos y nalgas orondas, que había encarnado a un buen puñado de histéricas en las adaptaciones televisivas de Maupassant, Dostoyevski y Henry James, no fue la única víctima de mis encantos. ¡Oh, no, estafé a un importante número de los habitantes de la Gran Bretaña que se cruzaron en mi camino!»

El hombre sin amor

EDUARD LIMÓNOV

Fulgencio Pimentel

282 págs.

Traducción y notas de Tania Mikhelson y Alfonso Martínez Galilea

Un panegírico para Limónov

Лимонов мертв. Que quiere decir «Limonov ha muerto». Uno de mis autores predilectos y faro en mis tinieblas la ha espichado. Mierda y remierda. Para homenajearle, y lanzar algún tipo de vacuna contra las paridas monumentales que se van a escribir sobre él en todas partes, escribí este enérgico panegírico para, cómo no, El Periódico de Catalunya. Me encanta, aunque esté feo que lo diga yo.

Compártanlo de uno al otro confín. Enchúfenlo en las redes. Digánselo a los compas (por Skype). Limónov… ¡Presentes!

 

Cosas que hacen BUM: cuarta edición

Y no hay mucho más que añadir aparte de yupi-ya-ya-yupi y hurra y rama-lama-ding-dong.

Cosas que hacen Bum, mi segunda novela, doce años después de su publicación, quince desde que empecé a escribirlo, entra en su tercera edición de bolsillo, cuarta en total de su existencia.

No sale en faja ni se dice en ningún lado, pero eso son unos CUANTOS ejemplares. Y en una editorial grande como Anagrama (no es la cuarta edición de tangue, quiero decir; esa que significa que has vendido 400, en tiradas de cien).

Esta nueva edición no lleva troquelado pop-up con mi jeta, ni figuras articuladas de los Vorticistas, ni una pirámide de regalo para pajearse dentro, ni siquiera un prólogo nuevo. Es solo una cuarta edición, noble y austera, para que se la compren nuevos lectores y ustedes la hallen en librerías para regalar infatigablemente.

Y otra oreja pal’ BUM

Cosas que hacen BUM vuelve a merecer edición flamante. Es la tercera del chaval, desde que se publicó en el año 2007. Casi diez años vendiéndose ininterrumpidamente, a su ritmo bamboleante, sin dejar que le metan prisa.

Me lo he ojeado, pues llevaba muchos años sin hacerlo, y lo que he visto me ha gustado. Solo quitaría las chorradas de los trajes modernistas y el listín de artistas soul (rían ahora; amargamente) y la parte dandiesca, que a mi yo de 45 años se la trae un poco al pairo. El resto me parece bien divertido y vertiginoso y emocional, aunque esté feo que lo diga yo mismo, bastante osado (muchas cosas puestas a-ver-qué-pasa, como los diálogos teatrales) y, sin duda, original.

Esa originalidad me parece de lo más loable del viejo BUM. No es tan fácil hacer algo que no sea una pura fritanga de libros de tus vecinos; cosa que sí está al alcance de cualquier gañan sin escrúpulos.

Y el final (la caída), y el inicio en el instituto, que siempre me encantaron; incluso mientras los estaba tecleando. Estoy razonablemente orgulloso de haberlo escrito; eso es lo que trato de expresar, corcho.

Ya pueden volver a las librerías y comprarlo en edición bolsillesca. Si les da la gana, vamos.

¡La Monda! Un santboiano en Le Monde

LeMonde_4juin15El pasado 4 de junio del 2015 tuvo lugar un suceso de importancia paralela a la elección de Ada Colau a la alcaldía de Barcelona. Un santboiano apareció reseñado en el periódico francés Le Monde.

Si le llegan a contar a dicho infraser en 1988 que un día escribiría 6 libros, y que uno de ellos -Cosas que hacen BUM- aparecería loado en un prestigiosísimo diario francés, le hubiese dado tal ataque de risa (o epilepsia) que hoy en día aún estaria encerrado en una celda acolchada del frenopático de su pueblo natal.

Suena a pura utopía falansteriana, pero es verdad. Y ahí al lado está la prueba. Folie barcelonaise, y a mucha honra.

 

Cosas que hacen BUM es un grupo de música pop

Cosas que hacen BUM era una novela, luego fue esa misma novela en edición de bolsillo, algo más tarde (hace dos días) fue la remaldita misma novela, pero en fgancés, y ahora es un grupo pop de Granada.

Aquí abajo está el disco, por si no me creen, y aquí está su perfil de FB, para que vean que no me lo acabo de inventar. Y para colmo molan.

Chuparos esa, escritores-sin-grupo-pop-con-nombre-de-novela-vuestra. Chincha y rabia.

2015-05-27 10.00.55

Votez vorticiste!

Avistado en una librería de Lyon hace escasos días:

EspritLivres_BOUM

C’est un Pànic excentrique et peu ancré dans la réalité (y que lo digas, tío)

Oh, pero cómo nos gusta leerlo así:

«Pànic Orfila est né à Londres d’une mère catalane et d’un père anglais. Orphelin à huit ans, il est envoyé dans la province de Barcelone chez sa grand-tante Àngels, ancienne combattante anarchiste et femme à poigne. Celle-ci tâche de lui transmettre ses valeurs libertaires…
Douze ans plus tard, après quelques déboires amoureux, c’est un Pànic excentrique et peu ancré dans la réalité qui arrive à Barcelone pour étudier. Il y fait la connaissance d’un quatuor de dandys qu’il surnomme « les Vorticistes ». Ceux-ci, sentant le besoin de reconnaissance du jeune homme, décident de l’inclure dans un mystérieux projet de révolution. Ils l’initieront à leur manière aux amphétamines et à la lutte clandestine…»

Tout ce qui fait BOUM ya aparece en Asphalte Editions como novedad de mayo. Nos llegan rumores de avalanchas en librerías y bistrots en llamas. Sale hoy a la venta (según nos contaron).

El país entero se ha enterado de que Kiko Amat «il a quitté le système scolaire à dix-sept ans«. Eso, que no quede nadie sin saber que su autor es un zoquete.

Tout ce qui fait BOUM

couv_boumEsto de aquí al lado es una cubierta de libro DE VERDAD, no un bromazo que he decidido gastarles a ustedes a base de Photoshop y mucho rostro tras un par de chupitos de licor café. No: es un libro, y para ser más concretos es la traducción al francés de Cosas que hacen BUM que la editorial Asphalte (los editores franceses de nuestro querido Carlos Zanón) sacará a la calle el día 7 de mayo del 2015.

Han oído bien. Cosas que hacen BUM, el noveloncio que escribí un lejano 2007 aún no sé ni cómo, se publica en La Francia en breve. Pueden llamarle así, Tout ce qui fait BOUM. No hace falta decir que yo pienso hacerlo constantemente, afectando muchísimo el acento y a voces, en todos los bares y bodegas del país cada vez que un ejemplar caiga en mis manos. Quizás incluso luciendo boina ladeada. Y cera para bigotes.

En fin: habrá que celebrarlo. Allí y aquí, no se preocupen ustedes (algo haremos).

Mientras tanto, sigan admirando el entrañable Le Panic en Vespa, con la tres jolie Rebeca de paquete, recorriendo las galias de uno al otro confín. Una monada, no me digan.