Cosas Que Leo #42: EL ASCO, Horacio Castellanos Moya

Asco Moya

“Nosotros somos la excepción, nadie puede mantener su lucidez después de haber estudiado once años con los hermanos maristas, nadie puede convertirse en una persona mínimamente pensante después de estar bajo la educación de los hermanos maristas, haber estudiado con los hermanos maristas es lo peor que me pudo haber sucedido en la vida, Moya, haber estudiado bajo las órdenes de esos gordos homosexuales ha sido mi peor vergüenza, nada tan estúpido como haberse graduado en el Liceo Salvadoreño, en el colegio privado de los hermanos maristas en San Salvador, en el mejor y más prestigioso colegio de los hermanos maristas en El Salvador, nada tan abyecto como que los maristas le hayan moldeado a uno el espíritu durante once años, ¿te parece poco, Moya? Once años respondiendo sí, hermano Pedro; sí, hermano Beto; sí, hermano Heliodoro; la más asquerosa escuela para la sumisión del espíritu, en ese estuvimos, Moya, por eso no me importa que ninguno de los sujetos que fueron nuestros compañeros en el Liceo haya llegado al velatorio de mi madre, fueron once años de domesticación del espíritu, once años de miseria espiritual que no quería recordar, once años de castración espiritual, cualquiera de ellos que hubiera llegado sólo hubiera servido para que yo rememorara los peores años de mi vida, me dijo Vega. pero pedí un trago, por estar con mi perorata ni me había fijado, tómate un whisky conmigo, llamemos a Tolín, el barman, el disyoqui, el milusos a esta hora, un tipo buena gente, alguien a quien le agradezco que haya hecho mínimamente placentera mi estadía en este horrible país. Me da alegría platicar con vos, Moya, aunque también hayás estudiado en el Liceo como yo, aunque tengás la misma inmundicia en el alma que me metieron los hermanos maristas durante esos once años, me siento contento de haberte encontrado, un exestudiante marista que no participa del cretinismo generalizado, eso sos vos, moya, igual que yo, me dijo Vega. Yo tenía dieciocho años de no regresar al país, dieciocho años en que no me hacía falta nada de esto, porque yo me fui huyendo de este país, me parecía la cosa más cruel e inhumana que habiendo tantos lugares en el planeta a mí me haya tocado nacer en este sitio, nunca pude aceptar que habiendo centenares de países a mí em tocara nacer en el más estúpido, en el más criminal, nunca pude aceptarlo, Moya, por eso me fui a Montreal, mucho antes de que comenzara la guerra, no me fui como exiliado, ni buscando mejores condiciones económicas, me fui porque nunca acepté la broma macabra del destino que me hizo nacer en estas tierras, me dijo Vega.”

El asco; Thomas Bernhard en San Salvador

HORACIO CASTELLANOS MOYA

Tusquets, 2007

139 págs.