Cosas Que Leo #135: NEVER COME MORNING, Nelson Algren

“You goin’ down against yerself, Lefthander? I ain’t been.”

For reply Bruno brought up his foot as though converting a point after touchdown: the point of the boot caught the point of jaw.  They all heard the snap, like the snap of a brittle reed. They all saw the supporting forearms fold and saw him roll on his side. They stood, looking blindly down, a dozen bald-headed Poles with a warehouse shadow across their skulls.

There was no sound from below. Three was no sound from above. As though the last El had crashed and the last trolley had finished its final run. Only the beat of the powerhouse, the heavy throb through the city wires: and the blind wall waiting before them. Then they ran.”

Never come morning

NELSON ALGREN

Seven Stories Press, 1996 (publicado originalmente en 1942)

310 págs.

Cosas Que Leo #107: EL HOMBRE QUE VOLVIÓ A LA CIUDAD, George Pelecanos

“- Thaddeus y yo vamos a llevar a cabo un allanamiento de morada en una vivienda situada fuera de esta ciudad. Sus ocupantes robaron unas joyas de gran valor en una fiesta y violaron a la chica adolescente que vive allí. Son supremacistas de la raza blanca, gente mala se mire por donde se mire.

– Phil, no juegue conmigo.

– Te necesito. Condujiste muy bien aquel Impala cuando la ocasión lo requería. No conozco a nadie que sea capaz de hacer lo que haces tú.

– Siempre coaccionando. ¿Qué va a hacer ahora, amenazar con encerrarme de nuevo?

– No creo que tenga necesidad de hacerlo.

Michael mantuvo la vista fija al frente.

– ¿Cuándo?

– Pronto.

– No vuelva a acercarse a la casa de mi madre, ¿entendido?

Michael se apeó del Ford. Ornazian arrancó y se alejó en dirección a Petworth. Quería ver a sus hijos antes de que se fueran a la cama.”

El hombre que volvió a la ciudad

GEORGE PELECANOS

RBA, 2019 (publicado originalmente como The man who came uptown en 2018)

297 págs.

Traducción de María Cristina Martín Sanz

Cosas Que Leo #73: LA FLOR, Mary Karr

“Si a la polio sumamos las víctimas de accidentes de caza -a uno le amputaron una pierna por debajo de la rodilla-, las caídas desde grandes alturas, los cortes que no se suturaban, las contusiones que no se vigilaban con radiografías, la salud mental mínima y la ausencia absoluta de ortondoncias, obtendremos una población tan desfigurada y mutilada, dentuda y deforme, que no nos quedaba otra que repartir insultos y golpes a mansalva, pues eran el contacto más estrecho para muchos.”

La flor

MARY KARR

Periférica & Errata Naturae, 2020 (publicado originalmente en el 2000 como Cherry)

432 págs.

Traducción de Regina López Muñoz