En 1993 y 1994 (dos años de mierda) yo trabajaba en un kiosko en Sitges, un pueblo costero catalán. lo único que impedía que no me cortara las venas en perpendicular y en cruz era que me pasaba el día escuchando cintas grabadas en el radiocasette de la tienda (el volumen extremo al que lo poníamos silenciaba preventivamente las quejas potenciales de los clientes).
Dos discos que me encantan y me recuerdan a aquellos tiempos (de mierda) son el Smell the magic (1990) y el Bricks are heavy (1992), de las L7. Me encantaban esos dos elepés, los ponía todo el día (antes o después de los de Poison Idea, otro grupo que también asocio al empleo aquel).
El excelente documental sobre L7, Pretend we’re dead, que yo acabo de ver y ustedes, civiles, verán en su estreno en el In-Edit 2018 que está a punto de empezar, me ha recordado lo mucho que me ENCANTABAN las L7.
Podría haber puesto alguna de las menos conocidas que también me chiflan, pero sería parida no colocar alto y fuerte su hitacle, «Pretend we’re dead», tan radioformuláico y pop que podría firmarlo Tom Petty (es un decir). En todo caso, les pongo la versión del show de Letterman, que el videoclip oficial lo calcinó la MTV. Llevo todo el día escuchándolo; nunca me cansa ese hit.