Cosas Que Leo #64: EL ENFERMERO DE LENIN, Valentín Roma

“Desde mi otro pueblo me llega una invitación para encontrarnos, una cena para celebrar que ya somos cuarentones o que la clase de octavo fue “la más especial”. No puedo asistir porque estoy aquí, cuidando de Lenin o participando de su locura, ya veremos cómo termina esto.

De todas formas sé que el objetivo de la fiesta es otro bien distinto, la intención es que se cumpla, de nuevo, la ceremonia escatológica de las jerarquías, la misma crueldad de hace treinta años entre guapos y feos, rejuvenecidos contra los que sí envejecieron, triunfadores frente a quienes siguen recordando, persistentemente, esa misma anécdota obscena y sin importancia. Nadie dice que crecimos transportando una rabia triste, improductiva y de enorme fragilidad, cierta clase de rebeldía que se adelantaba ante cualquier situación o que clausuraba todos los propósitos, siempre pendiente de subyugarse ante las imposiciones venidas desde arriba. Aún hoy se observa dónde y por qué cada uno de nosotros tuvo que sortear esa ira soldada a nuestra forma de vivir, como si solo pudiésemos hablar, trabajar o valorar el mundo cuando la apartamos por unos momentos, como si el primer gesto de apreciación de las cosas fuese otra nueva bofetada que debe quitarse la cólera de encima para comprender algo.

Creo que nunca nos hemos insubordinado contra la autoridad, mucho menos quienes hicimos “nuestro camino” lejos de las familias, los que estudiamos en las universidades y sostenemos algunos maximalismos, ésos somos los más sumisos, los más charlatanes; ésos somos quienes dedicamos nuestros mayores esfuerzos a limpiar pequeños huecos de violencia para dejar de ser violentos, siempre caídos en falta, culpables ante casi todo, compensando nuestra furia con un aferrarse al placer, la tendencia a utilizarlo cada día como moneda de cambio.

Nosotros sí que temíamos los valores de nuestros padres, a pesar de que admirábamos a las personas que los encarnaban. Fuimos educados para la nostalgia sin tener una memoria que respetar. Éramos el inicio y la expresión de un tiempo, sus inmolaciones y sus figuras retóricas, pero ni siquiera quedó un nombre vacante para definirnos, sólo ciertos adjetivos, aunque bien mirado esa falta de terminología nos mordió las pantorrillas, invitándonos a correr desordenadamente hacia todas partes.

No puedo asistir a la exhumación del tótem de la melancolía, siendo yo uno de sus principales valedores, uno de sus sacerdotes más locuaces. Sin embargo, lo único que ahora me preocupa es la excusa que daré, cómo ausentarse de la clase de octavo “más divertida” sin parecer un cretino o un pretencioso. Siempre pensando en las opiniones de los demás.”

El enfermero de Lenin

VALENTÍN ROMA

Periférica, 2017

267 págs.

**** Valentín Roma es uno de mis (pocos, raros) escritores españoles predilectos. Siempre leeré todo lo que escriba.

Biblioextrarradi en Sant Feliu

El día jueves 13 de junio participo en una mesa redonda en Sant Feliu de Llobregat, capital del Baix. La cosa, bautizada como Biblioextraradi, tendrá lugar en la biblioteca Montserrat Roig a las 18:30h, y nos arrejuntaremos allí JAVIER PÉREZ ANDÚJAR, CARLOS PERAMO, EMPAR FERNÁNDEZ, TONI HILL, MIGUEL ÁNGEL ORTIZ, MARíA CANDEL (hija de Paco Candel) y aquí su amigote Kiko «Mad dog» Amat. Un elenco impresionante de hijos deeeeeel Baix LLobregat.