Uno de mis grupos favoritos de los últimos meses. Y de este preciso instante. Son mallorquines, y su nombre -y su sonido- parece una mezcla de Seam y Samiam (pero quiere decir algo distinto). Con algo de Braid y un mucho de Nueva Vulcano.
Y allá va otro artículo (propio) que me encanta mucho. Se titula «Dime nena, el hardcore melódico dónde fue a para-a-ar» y es un decálogo biográfico-confesional de mi relación con el hardcore melódico entre 1991 y 1994. Escrito para la web de O.
Me lo pasé de fábula recordando y escribiendo, re-escuché algunos de esos discos maravillosos, caí en un par de anécdotas que me hicieron reír hasta el descoyunte maxilar y creo que al final incluso acabé escribiendo otro modesto pedazuelo de historia semi-secreta de esta ciudad.
Para colmo del gozo, Luís Paadin (el dibujante que creó el vivaracho avatar de Kiko Amat para mi amado Chap chap) contribuyó al artículo con un nuevo Kikín en miniatura, esta vez ataviado de espeluznante mutante mod-hardcoreta.
La canción de los viernes que sale los jueves (o cuando se me antoja, vamos).
Esta me ha hecho compañía toda la vida, especialmente en los días de saltarse la tapa de los sesos, y me recuerda de forma fuerte a Cricklewood, 1995 (ver Mil violines, queridos lectores). Vi a Texas is The Reason en Londres, el 1996 junto a Samiam (¿en el Powerhäus?), en pleno momento emo-demente, y es uno de los mejores conciertos de mi VIDA ENTERA.
Es una canción para beber y corear, como indica el título, abrazado a tus amigos y tratando de trasegar el cascote de la tráquea.
There´s no way I can talk myself out of this one tonight. Everyone is my last, I swear that this is my last. By now you should know what to say. By now you should know all of this by heart. By now you should know what to say.
Me ha costado horrores decidirme por esta, porque el elepé entero es la pera, y porque «A jack with one eye» («Your place is still at the heart of my everything«, toma ya frase, chata) también me emociona lo suyo.