Una pieza, celebrada justamente, sobre las ventosidades en la gran pantalla, que escribí sin nalga trémula e impasible el dérriere para El Periódico.
No hay la menor percha de actualidad para ello, amigos. La escribí porque se me antojó, como hacemos los muy manitos, sin esperar visado de la actualidad. Aunque huelga decir que el tema central nunca pasará de moda mientras sigan existiendo los currys picantes y un tipo con una cámara dispuesto a registrar sus efectos en intestino ajeno.
¿Mi broma favorita? La de Yentl. Que escribí palmeando enérgicamente mis propios muslos.
Es casi imposible tener tal puntería, pero si quieren leerlo por favor apunten aquí con su más retumbante flato.